Entre las pruebas diagnósticas
utilizadas por los fisioterapeutas están las musculares manuales, las
eléctricas, las perceptivas y sensoriales, y la medición del arco de
movilidad de las articulaciones. Las pruebas de actividad funcional son
importantes para determinar la capacidad de los pacientes para realizar
las actividades que requiere el cuidado propio. En el tratamiento de un
paciente, el fisioterapeuta debe utilizar uno o más de los siguientes
procedimientos: tratamientos con calor que consisten en el empleo de
agua a diferentes temperaturas, parafina líquida, lámparas de rayos
infrarrojos o ultravioletas, ultrasonidos (véase Ultrasónica) que
producen calor en el interior del organismo y diatermia (aplicación de
corriente eléctrica para generar calor en los tejidos). Una de las
tareas más importantes del fisioterapeuta es la realización de diversos
ejercicios terapéuticos cuyo propósito es incrementar la fuerza y la
resistencia, mejorar la coordinación y la movilidad necesaria para la
vida cotidiana, y aumentar y mantener el arco de movilidad. La de
ambulación se realiza con la ayuda de bastones, muletas, andadores,
ortesis y miembros artificiales. Los fisioterapeutas también utilizan
masajes, vendajes, vendajes funcionales, y colocación y retirada de
férulas y escayolas. Además, enseñan a los pacientes y sus familiares
las técnicas de los ejercicios y el empleo de prótesis, como miembros
artificiales y ortesis.
Terapias Pasivas
Manipulación
Ortopédica:
La Terapia
Manual
La terapia
manual incluye la manipulación y la movilización. Esta terapia incluye la
recuperación de la movilidad (el rango de movimiento) de las articulaciones
rígidas y el alivio del dolor. La manipulación es un movimiento rápido, pasivo,
específicamente controlado para regresar una articulación a la posición
correcta y/o reducir los espasmos musculares que puedan causar o contribuir a
la irritación de los nervios vertebrales.
Antes de la
terapia manual, se puede administrar una terapia pasiva. La terapia pasiva
podría incluir la aplicación de calor, la estimulación con ultrasonido y/o la
estimulación eléctrica. Estas terapias relajan y calientan los tejidos blandos
subyacentes y permiten que las articulaciones se puedan manipular más
fácilmente.
Estimulación Eléctrica
La estimulación eléctrica también se conoce como Electro-Neuroestimulación Transcutánea (TENS, por sus siglas en inglés). La TENS libera una corriente eléctrica que pasa, sin dolor, a través de la piel del paciente hasta los nervios específicos. La corriente produce calor moderado que actúa aliviando la rigidez y el dolor y ayuda a mejorar el rango de movimiento (movilidad). Este tratamiento no es invasivo y hasta el momento no se han reportado efectos secundarios. Se puede utilizar para controlar el dolor agudo y el dolor crónico.
La estimulación eléctrica también se conoce como Electro-Neuroestimulación Transcutánea (TENS, por sus siglas en inglés). La TENS libera una corriente eléctrica que pasa, sin dolor, a través de la piel del paciente hasta los nervios específicos. La corriente produce calor moderado que actúa aliviando la rigidez y el dolor y ayuda a mejorar el rango de movimiento (movilidad). Este tratamiento no es invasivo y hasta el momento no se han reportado efectos secundarios. Se puede utilizar para controlar el dolor agudo y el dolor crónico.
Liberación Miofascial
La
fascia es una estructura de tejido conectivo que sostiene los músculos,
los huesos y los órganos. La tensión derivada de alguna lesión o de la
mala postura hace que la fascia, también llamada aponeurosis, se tense.
Conforme la fascia se contrae, los músculos y los huesos se pueden mover
fuera de su lugar y ocasionar dolor. El terapeuta físico utiliza los
dedos, palmas, codos y antebrazos para estirar firme y suavemente la
fascia.
Ultrasonido
El ultrasonido es una terapia común no invasiva que se utiliza para el tratamiento del dolor
de espalda y de cuello, las lesiones de tendones y ligamentos, los espasmos o
contracciones musculares, los problemas articulares y otras enfermedades relacionadas
con la columna vertebral.
de espalda y de cuello, las lesiones de tendones y ligamentos, los espasmos o
contracciones musculares, los problemas articulares y otras enfermedades relacionadas
con la columna vertebral.
El
terapeuta físico aplica gel sobre la piel del paciente para crear una
superficie libre de fricción, de manera que se pueda girar suavemente el
tubo del ultrasonido sobre el área
a tratar. El ultrasonido utiliza ondas de sonido de alta frecuencia para producir calor
profundo en los tejidos (por ejemplo, los músculos.). Esta terapia promueve la circulación y cicatrización, relaja los espasmos musculares, reduce la inflamación y ayuda a aliviar el dolor.
a tratar. El ultrasonido utiliza ondas de sonido de alta frecuencia para producir calor
profundo en los tejidos (por ejemplo, los músculos.). Esta terapia promueve la circulación y cicatrización, relaja los espasmos musculares, reduce la inflamación y ayuda a aliviar el dolor.
Terapias Activas (Ejercicio Terapéutico)
Hidroterapia y Ejercicio
Los
pacientes con osteoartritis, artritis reumatoide, canal vertebral
estrecho y dolor de espalda o cuello y otras enfermedades de la columna
se pueden beneficiar de la terapiaacuática (hidroterapia). Con
frecuencia el tratamiento se lleva a cabo en un tanque o piscina con
agua caliente. La hidroterapia está indicada para los casos de deterioro
de la movilidad, debilidad, para incrementar la tolerancia del apoyo
(al caminar), así como para el dolor, la flexibilidad y la coordinación.
El
agua tibia relaja los músculos. La flotabilidad derivada del agua
favorece la movilización de las articulaciones sin un esfuerzo excesivo.
Con frecuencia lo que un paciente no puede hacer en tierra, lo puede
lograr en el agua.
Ejercicio Terapéutico
Cualquier persona se puede beneficiar del ejercicio terapéutico. El ejercicio aumenta la fuerza, mejora el equilibrio y la coordinación, mejora el sueño, incrementa la flexibilidad, estimula el sistema cardiovascular, tonifica los músculos y alivia la rigidez musculoesquelética, la fatiga y el dolor. El terapeuta físico diseñará un programa que satosfaga las necesidades individuales de cada paciente.
Antes del ejercicio terapéutico se administra una modalidad pasiva, seguida de un período de actividades de calentamiento. El calentamiento del cuerpo se puede lograr con la práctica de caminata en una banda o caminadora o en una bicicleta fija.
Cualquier persona se puede beneficiar del ejercicio terapéutico. El ejercicio aumenta la fuerza, mejora el equilibrio y la coordinación, mejora el sueño, incrementa la flexibilidad, estimula el sistema cardiovascular, tonifica los músculos y alivia la rigidez musculoesquelética, la fatiga y el dolor. El terapeuta físico diseñará un programa que satosfaga las necesidades individuales de cada paciente.
Antes del ejercicio terapéutico se administra una modalidad pasiva, seguida de un período de actividades de calentamiento. El calentamiento del cuerpo se puede lograr con la práctica de caminata en una banda o caminadora o en una bicicleta fija.
Durante
la terapia física se enseña a los pacientes a mantener una postura
apropiada. La buena postura ayuda a proteger la columna vertebral contra
la tensión y el esfuerzo innecesarios. Con frecuencia el dolor de
espalda y de cuello es resultado de una postura deficiente. Aprender la
forma correcta de levantar objetos o de alcanzar algo, de carga, de
pararse y sentarse, y de subir y bajar del auto son todas habilidades
prácticas que pueden ayudar a prevenir una lesión y el dolor, así como a
reanudar las actividades laborales y de entretenimiento.
Un programa de rehabilitación cuidadosamente diseñado es una parte importante de su viaje de retorno a la salud.